– Tueste el orégano mexicano en una sartén pequeña a fuego medio-alto durante unos 30 segundos. Dejar enfriar.
– Quita la primera capa fina que cubre la parte de afuera las cebollas, cortarla las cebollas finamente en aros. Coloque 4-5 tazas de agua en una cacerola y deje hervir.
– Cuando el agua suelte el hervor, agregue las cebollas cortadas y apague el fuego.
– Después de 2 minutos, drene rápidamente las cebollas en un colador sobre el fregadero.
– Coloque las cebollas escurridas en un recipiente de vidrio y agregue el vinagre ( o el jugo de naranja agria), el agua, el orégano, la hoja de laurel y el resto de las especias. Sazone con sal y mezcle bien. Refrigere por un par de horas, y estarán listas para comer.
– Se conservan muy bien refrigeradas por aproximadamente una semana. Y saben mejor cuando se preparan al menos un día antes.