– Pon a remojar los chiles ya limpios (abiertos y sin tallos ni semillas) en un recipiente con agua caliente por aprox. 30 minutos.
– Muele las hierbas de olor y las especias en un molcajete, mortero o en un pequeño molino como el que se usa para moler café.
– Licua los chiles (sin agua), los dientes de ajo y el vinagre hasta hacer un puré. Reserva.
– Coloca la carne y la grasa en un recipiente grande; agrégale la mezcla de hierbas y especias molidas y mezcla muy bien. Añade el puré e integra todo muy bien.
– Echa la carne en un recipiente, preferentemente de vidrio. Cierra muy bien el recipiente y deja curar dentro del refrigerador por un día (en este lapso se combinarán y acentuarán aromas y sabores).
– Transcurrido el tiempo de curado, saca el recipiente del refrigerador; mueve la mezcla un poco y envuélvela en paquetes pequeños o embútela en tripas. El chorizo se puede mantener congelado por meses.