– Asa los chiles guajillos ligeramente y los dientes de ajo en un comal caliente (este paso te tomará sólo unos segundos). Puedes aplanar los chiles para tener un asado uniforme apretándolos suavemente con una espátula de madera. Retira rápidamente para evitar quemar los chiles (los chiles quemados harán que tu salsa quede con un sabor amargo). Coloca los chiles asados y los dientes de ajo pelados en la cacerola.
– Ahora, asa los chiles de árbol. Los chiles de árbol se asarán más rápido que los chiles guajillo, por eso los asamos por separado. Una vez asados, colócalos en la cacerola con el resto de los chiles.
– Ponga el fuego a medio alto y apaga una vez que el agua comience a hervir. Cubra la cacerola y espere 20 minutos. Este tiempo de remojo ayudará a suavizar los chiles.
– Coloca los chiles y el ajo en el recipiente de la licuadora con 1 ½ taza del agua que usaste para hervir. Puedes votar cualquier resto de agua de remojo. Licua hasta que tenga una salsa suave; vierta la salsa en la cacerola, agrega el caldo de pollo granulado; prueba para comprobar si se necesita más sal de acuerdo a su gusto y sazona con sal y pimienta.
– Pon nuevamente a fuego medio alto y deja cocinar por 5 minutos, justo el tiempo suficiente para que permitas que el caldo de pollo se disuelva y para que los sabores se mezclen.