– Pon las papas enteras en una olla mediana y cúbrelas con agua fría. NO peles ni cortes las papas. No queremos que las papas absorban demasiada agua, porque luego esa agua se liberará formando burbujas al freírlas y el aceite salpicará. Pon el fuego a medio alto y cocínalas hasta que estén tiernas (unos 20 a 25 minutos). Escurre las papas para quitar el excedente de agua y pásalas a un tazón. Espera hasta que estén lo suficientemente frías para que puedas tocarlas y quita las cáscaras.
– Sazona las papas con sal y pimienta, y machaca hasta que obtengas una consistencia cremosa. No se verá exactamente como puré, sino más como una pastita. Deja a un lado.
– Calienta aproximadamente ½ taza de aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. Agrega el resto del aceite según sea necesario.
– Mientras esperas a que caliente el aceite, calienta ligeramente las tortillas una por una en un comal, para hacerlas más suaves y se puedan doblar fácilmente. Cúbrelas con una servilleta de cocina.
– Ahora, agrega 2 cucharadas de puré de papa sobre la mitad de cada tortilla y dóblala. Asegura los lados de la tortilla con dos palillos. A veces, no utilizo palillos, pero eso requiere cierta habilidad para poder presionar firmemente los bordes hacia abajo mientras se fríe; si es la primera vez que los preparas, y para irse a lo seguro, utiliza los palillos.
– Coloca el taco doblado en el aceite hirviendo, y cocina por un minuto y medio por cada lado, hasta que esté dorado y crujiente. Ya que trabajarás en tandas, ten un plato grande preparado y cubierto con toallas de papel para absorber el exceso de aceite. Repite el proceso hasta que termines de cocinar todos los taquitos.