En una olla grande, coloca las costillas, la cebolla, los dientes de ajo y las hojas de laurel. Cubra con 4 tazas de agua, coloca la tapa en la olla y cocine a fuego lento. Tiempo de coción aproximadamente 45 minutos o durante una hora. Apaga el fuego cuando la carne esté suave, pero que aún este pegada al hueso.
Mientras la carne se cocina, asa ligeramente los chiles durante unos segundos en un comal caliente. Asegúrate de retirarlos rápidamente.
Coloca los chiles asados en agua caliente en remojo durante al menos 20 minutos hasta que estén suaves.
Una vez que las costillas estén cocidas, retíralas de la olla y escúrralas. Calienta una sartén grande a fuego medio. Coloca las costillas en la sartén y fríalas en su propia grasa. Las costillas producirán su propia grasa, pero en el caso de que la carne no tenga suficiente grasa, primero agrega una cucharada de aceite vegetal en la sartén. Ya luego agrega las costillas una vez que esté caliente. Voltea las costillas para tener una cocción uniforme.
Ya que los chiles esen suaves, escurrelos y coloca con el resto de los ingredientes en la licuadora con una taza del caldo de cocción de las costillas. Licua hasta que tengas una salsa muy suave.
Vierta la salsa sobre las costillas y cocina a fuego lento hasta que la carne esté tan suave que se desprenda del hueso. Este paso tomará de 8 a 10 minutos a fuego lento.
Agrega más caldo según sea necesario y añada sal al gusto. Continúa revolviendo hasta que la salsa se espese y obtenga una consistencia espesa y ya este listo para servir. ¡Provecho!