Mientras el pollo se está cocinando, coloca el tomate, cebolla, y el ajo en un sartén. Cubre con agua y aumenta la flama hasta medio-alto. Cuando empiece a hervir, reduce la flama y cocina por 8 minutos o hasta que los tomates estén cocidos.
Una vez cocidos, drena el agua y coloca los tomates, cebolla, ajo, y la tortilla tostada en la licuadora. Licúa hasta que tenga una consistencia fina, y retira de la licuadora.
Coloca un sartén grande a fuego lento y agrega el contenido del frasco de mole Doña María y una taza de caldo de pollo para empezar a disolver la pasta de mole.
Agrega otra taza de caldo de pollo junto con la salsa de tomate, el chocolate, canela en polvo, y la semilla de anís molida. Mezcle bien hasta que la pasta de mole se disuelva completamente. Agregue más caldo de pollo según se requiera, ya que la pasta se hará más espesa mientras se continua cocinando.
Algunas personas prefieren una consistencia más espesa, así que regula la cantidad de caldo de pollo para alcanzar la consistencia y espesor que prefieras. La salsa de mole tradicional tiene la consistencia de un gravy espeso.
Agrega las piezas de pollo en la salsa de mole, sazona con sal al gusto, y deje cocinar a flama baja por otros 5 minutos más para mezclar bien los sabores.