Coloca las papas peladas y cortadas en cubitos en una cacerola mediana y cúbralas con agua. Cocina a fuego medio hasta que estén cocidas, pero aún firme (unos 15 minutos). Asegúrate de verificar de vez en cuando, para no cocerlas demasiado. Una vez hecho esto, drena el agua y reserva.
Mientras cocina las papas, asa los chiles, ya sea en un horno o sobre al flama de tu estufa (si tienes una estufa de gas) o en una parrilla bajo el asador (si tienes una estufa eléctrica). Si utilizas el método de asar a la parrilla en tu estufa eléctrica, la temperatura debe estar en lo más alto y coloca los chiles en una bandeja para hornear cubierta de aluminio, luego asa durante aproximadamente 3-4 minutos, asegurándote de que los chiles tengan un asado uniforme. De igual manera es si los asas directo en la flama de tus estufa.
Retira los chiles del fuego, cúbralos con papel de aluminio y déjalos cubiertos durante 3 minutos más. Retirale las pieles a los chiles, luego con un cuchillo corta una hendidura de la parte superior a la parte inferior de cada chile y retira las semillas y las venas. Corta los chiles en tiras.
Calienta el aceite vegetal en un sartén grande a fuego medio-alto. Agrega la cebolla y cocina hasta que esté transparente (o, si te gusta como a mí, hasta que empiecen a dorarse en los bordes, esto les da más sabor).
Agrega las papas escurridas y continúa cocinando por 3 minutos más, luego agrega las tiras de chile poblano y agrega la crema. Siga cocinando durante 2-3 minutos, solo para calentar los chiles y la crema. Condimenta con sal y pimienta. ¡Disfruta con tortillas de maíz calientitas!