– Seca el pollo con una servilleta de papel, sazónalo con sal y colócalo en un tazón grande.
– Asa ligeramente los chiles guajillo en una plancha/comal caliente durante unos segundos, volteándolos rápidamente para evitar quemarlos. Una vez asados, colócalos en un recipiente de tamaño mediano con agua caliente para ablandarlos, déjalos remojar durante 25 minutos.
– Una vez que los chiles se han suavizado, escurra el agua de remojo y coloca los chiles en tu jarra de la licuadora. Añada el Badia Sazón Completa (o cebolla en polvo), ajo en polvo, orégano, comino, pimienta, jugo de limón, agua y sal. Procese durante aproximadamente un minuto o hasta que tengas una salsa muy fina.
– Pasa la salsa a través de un colador si es necesario, para evitar tener pequeños pedazos de pieles de chile en el adobo. Vierte la salsa sobre el pollo, asegurándote de que todas las piezas de pollo estén cubiertas con la salsa de guajillo. Coloca la envoltura de plástico sobre el tazón y refrigere por lo menos una hora para adobar.
– Una vez que esté listo para asar tu pollo, drene las piezas de pollo (reservando el exceso de adobo) y deja que el pollo llegue a temperatura ambiente antes de asar.
– Antes de asar a la parrilla, unta el aceite vegetal sobre el pollo para evitar que se pegue a la parrilla.
– Asa el pollo en una parrilla precalentada, untando la parrilla con aceite, girándolo cada 5 minutos, mientras le untas el adobo de chile restante durante el proceso de cocción con la ayuda de una brocha de cocina. Continúa hasta que el pollo esté cocido, unos 25 minutos.
– Sirve con rodajas de cebollas, chiles y guacamole, además de varias tortillas de maíz calientes. Y, por supuesto, una copa de vino Santa Rita!